miércoles, 19 de octubre de 2011

La Mezquita de Córdoba (2)


La Mezquita de Córdoba se construyó entre 786 y 988 en cuatro fases.
Comenzada su construcción en 786 por Abd al-Rahman I, fue la expresión máxima del arte islámico en España y la mezquita más importante de Occidente.
Para construir la mezquita primitiva, Abd al-Rahman I compró el terreno perteceniente a la Basílica cristiana de San Vicente, derrumbando el edificio pero aprovechando muchos materiales como columnas, capiteles fustes y basas.
En la mezquita primitiva de Abd al-Rahman I construida en 786, la gran sala encolumnada abre a un patio, al estilo Omeya (pensemos en Damasco o Qayrawan en Túnez)..
Posiblemente el arquitecto sirio encontró alguna inspiración en la mezquita de Aqsa en cuanto a la orientación de las arcadas y la forma de los tejados. Pero también se introdujeron novedades arquitectónicas. Sobre columnas se apoyaron una serie de dobles arcos, uno de herradura y otra de medio punto, logrando subir la altura de los techos a 13m y admitir más luz en el edificio.
Esta distribución del peso estructural fue una solución nueva. El arquitecto les dio color con segmentos de mármol blanco intercalados con ladrillo rojo. Se reutilizaron muchos materiales traídos de edificios en ruinas, y por lo tanto hay una gran variedad decorativa. De hecho, no hay ninguna columna hecha a medida para la mezquita en esta fase.
Joya del arte hispano-musulmán, la Mezquita, con sus columnas, arcos dobles y mosaicos bizantinos, es el ejemplo principal del patrimonio que el califato Omeya ha dejado en la península Ibérica.
Se encuentra en terreno consagrado al islám durante 5 de los últimos 15 siglos, y probablemente al culto romano de Juno a principios del primer milenio
Almanzor dió los últimos toques a la Mezquita Aljama en 988 con su enorma expansión hacia el este. Fue el principal lugar de oración de los gobernantes de Al-Andalus y una muestra de su poder político y económico. 
Fue consagrada como catedral en 1236.

La funcionalidad de la obra es decir, la adecuación de materiales y formas a las necesidades inmediatas, constituyó el criterio rector de toda la arquitectura islámica.
El valor genuino del arte islámico consiste en su capacidad de conseguir el efecto de riqueza y monumentalidad simplemente a través de la manipulación de los materiales que utiliza.
El muro se reviste con materiales duros e impermeables, como la cerámica vidriada o el estuco, para preservarlo del roce y de la humedad y evitar así su ruina.

La técnica de la cerámica vidriada desarrolló fórmulas tan sofisticadas como a de reflejos dorados o la del alicatado, un sistema de revestimiento del muro que sustituye al mosaico y en el que piezas de formas y colores diferentes encajan entre sí como un rompecabezas, formando diseños geométricos.
Estos mismos diseños geométricos los encontramos proyectados en las obras de ataujería (los artesonados de madera, que constituyeron uno de los sistemas de cubiertas más utilizados del mundo hispanomusulmán) o de damasquinado (la técnica que consiste en decorar objetos de bronce o de hierro embutiendo en ellos hilos de metales preciosos).
La razón de que, en general, el arte islámico sea anicónico, hay que buscarla en las tradiciones beduinas, en las que la vida nómada hace inviable el desarrollo de actividades artísticas como la escultura o la pintura mural.

LA ARQUITECTURA.
La arquitectura islámica es un síntesis de elementos bizantinos, cristianos, coptos, etc. La carencia, en un principio de un estilo propio, hace que se dejen influir intensamente por los estilos de los pueblos conquistados. La amplitud geográfica del imperio explicará la variedad de formas y soluciones que ellos acabarán sistematizando y universalizando.

Podemos destacar los siguientes rasgos:
*.- La altura de los edificios suele ser escasa, siendo una constante la armonía e integración del edificio en el paisaje circundante.
*.- El edificio más importante es la mezquita, centro de reunión y oración de la comunidad de creyentes (Umma). También se construyen palacios, mausoleos, medersas, etc.
*.- Los materiales que se usan con mayor frecuencia son el ladrillo o el mampuesto, el yeso, la madera y, en menor medida, la piedra por sus mayores exigencias técnicas y constructivas.
*.- La arquitectura no muestra un gran interés por los problemas constructivos; los edificios suelen inscribirse en volúmenes cúbicos en los que destacan las semiesferas de sus cúpulas y las altas torres o minaretes de sus mezquitas.
*.- Laa columna y el pilar mantienen su función como soporte, pero dada la ligereza de las techumbres de madera, generalmente son delgadas.
*.- Utilizan una gran variedad de cubiertas abovedadas: cúpulas, bóvedas de crucería, gallonadas, caladas, etc.
*.- Del arte visigótico español toman el arco de herradura que, más tarde, se extenderá por todo el mundo islámico. Otras variedades con un marcado carácter decorativo son: arcos polilobulados, de herradura apuntados, etc. También es característica la dicromía de las dovelas.
*.- Destaca su profundo gusto por la decoración interior que, con frecuencia, no se talla en la piedra misma, sino en placas de piedra de escaso grosor o de yeso, que se aplican después sobre el muro. El gusto por la policromía hace que las formas decorativas de los tableros de yeso se realcen con vivos colores y que se conceda un papel muy importante a la cerámica vidriada. La madera es también un elemento valioso, enriquecida con temas menudos y delicados.
*.- La decoración musulmana es de tipo anicónica y antinaturalista. Salvo en algunas escuelas, se excluyen los temas animados (antropomórficos y zoomórficos), reduciéndose a los de carácter vegetal (ataurique) y geométrico (lacería). Predomina, pues, el aniconismo y la abstracción. La decoración de tipo vegetal se denomina ataurique; la de carácter geométrico, de lazo o lacería; la de caligrafía, cúfica o nasjí. El arabesco pasa por ser la máxima expresión de la calidad abstracta de la decoración musulmana.
*.- La decoración islámica, contra el efecto de fantasía desbordante que sus temas menudos y numerosos producen en un primer momento, es hija del placer por la reiteración, y no de un deseo de variedad. Se trata de series que se repiten una y otra vez (como las suras del Corán) creando una sensación de infinitud.


Las artes plásticas
condicionadas por su carácter anicónico-religioso, no alcanzan un gran desarrollo, salvo en la iluminación de libros científicos y, sobre todo, en la cerámica y los alicatados.


LA MEZQUITA
El monumento capital es la mezquita (MASYID), lugar de oración para la comunidad musulmana (Umma), que tiene escasas exigencias arquitectónicas. En realidad, basta con un espacio de terreno libre de impurezas, incluso sin cubierta alguna, donde el musulmán ora en dirección a La Meca.
Pero las primeras mezquitas de Siria no tardan en crear un tipo monumental de planta rectangular, donde, a sus orígenes en la casa de Mahoma en Medina, se pueden añadir el eco de las basílicas paleocristianas.

Su estructura es, con frecuencia, es:
• El patio o SAHN, a cielo descubierto, rodeado de una arquería o un muro y con una fuente o SABIL para las abluciones rituales que preceden a la oración, que suele estar cubierta con un templete. En uno de sus lados se sitúa la torre AL-MINAR Ó MINARETE, que puede tener diversas plantas (cuadrada, octogonal, etc.), desde donde el almuédano llama a la oración.

El patio precede a la Sala de oración, dividida en numerosas naves o HARAM, orientadas perpendicularmente hacia el muro o QUIBLA, que da frente al este, en dirección a La Meca. En este muro se abre un nicho generalmente en el eje central, o MIHRAB, que es el lugar santo de la mezquita y suele estar profusamente decorado.
Su origen puede estar en los ábsides paleocristianos o bizantinos.
Ante el mihrab se sitúa la MAXURA, un recinto generalmente cercado por estar dedicado al califa o al imán; junto a la maxura se suele situar un púlpito o MIMBAR, desde el que se lanzan sermones a los fieles.

• En época abasida se suelen añadir unas salas abovedadas, cerradas en tres de sus cuatro lados, llamadas IWAN.

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