Caracteres generales de la arquitectura
romana:
El arte romano procede fundamentalmente del griego helenístico, pero
ahora adaptado al servicio de nuevas necesidades (gran cantidad de artistas
orientales helenizados trabajaron para Roma).
El gran desarrollo urbano impuesto por Roma impulsó la transformación
de casi toda la arquitectura (la civilización romana fue esencialmente urbana).
La arquitectura romana realizó una transformación radical de la
arquitectura inicial de la que parte:
*.- Se hizo más ornamental que la griega.
*.- aumento de molduras.
*.- gran cantidad de elementos decorativos
(guirnaldas, bucranios, etc).
*.- la decoración botánica tuvo un gran desarrollo.
*.- La columna acentuó su valor ornamental. Aparecen
templos pseudoperípteros en los que la columna es mera decoración y al igual
ocurre con las columnas de los arcos de triunfo.
Las novedades arquitectónicas (basílicas, termas, anfiteatros, etc.)
son consecuencia de la estructura diferente del estado romano. El domino
militar necesitó de grandes fortificaciones, calzadas, puentes, acueductos,
etc.
El centralismo romano propició una fuerte unidad en sus
manifestaciones artísticas.
La arquitectura romana tuvo un marcado carácter
utilitario (la durabilidad ahorra esfuerzo desde el convencimiento de la
inmortalidad del Imperio). Su perfección era la mayor gloria de Roma.
Inicialmente la arquitectura romana estuvo
notablemente influenciada por lo etrusco (los romanos dispusieron sus ciudades
y construyeron sus templos y casas a imitación de los etruscos).
De los etruscos y de los griegos los romanos tomaron el arco[1]
y la bóveda[2],
aunque le dieron un empleo más amplio.
No solamente utilizaron la bóveda
de medio cañón sino también la cúpula[3]
(e incluso inventaron la cúpula de
aristas, solucionando de esta forma el problema del abovedamiento de
un espacio cuadrado).
La arquitectura romana alcanza sus efectos más geniales en los
interiores, el edificio romano se disfruta sobre todo por dentro. Levantaron
bóvedas gigantescas y para ello tuvieron que solucionar dos problemas técnicos
importantes:
*.- Para el
levantamiento de la bóveda, previamente, tuvieron que montar un armazón de
madera (cimbra) que tuviera la forma deseada, construida la bóveda se desmontaba
la cimbra. Para dar mayor solidez al abovedamiento, sobre las cimbras, se disponía
un tejido de nervios o arquillos imbricados, rellenos después de hormigón (logrando
una gran firmeza en los edificios romanos).
*.- Como estas bóvedas eran sumamente pesadas, hubo
que resolver el problema técnico de sus apoyos, necesariamente de espesura
considerable. La columna en la arquitectura romana tiene más que nada un valor
decorativo, siendo los elementos fundamentales de sustentación la pilastra y el
muro (ambos de gran grosor).
El espacio en la
arquitectura romana posee un sentido fundamentalmente estático.
La cúpula es el símbolo de la arquitectura equilibrada (el Panteón).
En los interiores domina el ideal de simetría.
La gran escala utilizada en la arquitectura se corresponde con la de
un Estado que se considera dueño del mundo.
Utilizaron como materiales de
construcción la piedra, el hormigón y el ladrillo.
Unas veces utilizaron la mampostería piedras
irregulares cogidas con mortero (opus incertum).
Otras veces usaron piedras en forma de pirámide de base cuadrada
embutidas en la pared en forma de retícula (opus reticulatum). A veces estas
piezas eran de cerámica.
Pero el más importante fue el aparejo de sillares (opus cuadratum) que
se dispone según el sistema de soga (pieza colocada en sentido paralelo al
muro) y tizón (en sentido perpendicular al muro) usado alternativamente.
A veces los sillares presentaban la cara externa con una convexidad
que les proporcionaba un aspecto decorativo (sillar almohadillado).
El hormigón o cemento se construía con una mezcla de
agua, arena, cal y guijarros, generando al secarse una masa sólida e
indestructible. Se empleaba especialmente para las bóvedas (aligerado en su
interior con elementos huecos (vasijas de cerámica) y fortalecido por arcos.
Las construcción en ladrillo constaba de grandes piezas rectangulares
y de poco grosor.
El opus mixtum alternaba capas de ladrillo con otras de piedra, con un
gran contraste de color.
El empleo de ladrillo y del hormigón reportaba grandes ventajas, era
barato, evitaba el acarreo desde grandes distancias (ya que los materiales
necesitados se obtenían cercanos al lugar donde se edificaba). Su inconveniente
es la tosquedad que era evitada recubriendo los edificios una vez construidos,
para ellos se utilizaban mármoles en forma de placas engrapadas.
Roma tomó de los griegos los órdenes
arquitectónicos, aunque los utilizó con grandes novedades.
El estilo dórico puro fue escasamente utilizado por los romanos, fue
usado una variedad del mismo, el toscano (que
deriva de la arquitectura etrusca): plinto y basa (formada ésta por un grueso
toro); fuste liso con éntasis; capitel (equino formado por un cuarto de bocel y
el ábaco) precedido por un astrágalo (toro diminuto) y un anillo.
El capitel jónico romano
presenta las volutas colgantes y las hojas de acanto presentan un perfil muy
rizado.
El orden compuesto
(ecléctico) presenta un capitel con hojas de acanto de estilo corintio con
hileras de ovas y perlas y grandes volutas tomadas del jónico. Los
entablamentos están muy enriquecidos, en los frisos cuelgan con frecuencia
guirnaldas sostenidas por bucráneos (cráneos de buey) e instrumentos para los
sacrificios litúrgicos.
Los edificios romanos son más monumentales que los
griegos.
Siempre que el terreno lo permitía, las ciudades romanas adoptaban el
trazado de las etruscas, con las dos vías (cardo y decúmana), en cruz.
En el espacio amplio donde se cruzaban se constituía la tienda del
general en los campamentos y el foro en las ciudades. El foro era el centro de
la vida de la ciudad. Allí se encontraban los edificios públicos y los templos
y constituía el lugar de congregación de los mercaderes.
En las ciudades más populosas había varios foros, aunque adyacentes
(olitorio, verduras; boario, bueyes; vinario, vinos; etc.).
Las comunicaciones eran de suma importancia para el extenso Imperio
Romano, las vías romanas son los tentáculos que, partiendo de Roma, aseguraban
el dominio de las provincias. Las calzadas llegaban hasta los lugares más
alejados del Imperio. Varias capas de cimentación aseguraban el asiento de las
losas de piedra que constituían el pavimento. A sus laterales, y a lo largo de
su recorrido, se disponía un poyo corrido para el descanso de las tropas y los
miliarios (postes de piedra) indicaban las millas romanas que separaban cada
lugar de la ciudad de Roma.
La construcción de estas vías exigía la construcción de puentes y
viaductos.
El abastecimiento del agua a las ciudades, siguiendo la tradición
etrusca, tenían gran importancia (construyeron pantanos y sus aguas llegaban a
la ciudad a través de los acueductos) y una red de cloacas garantizaban la
salida de las aguas residuales de las ciudades.
Los romanos tomaron de los griegos sus tipos de edificación más importantes, aunque con grandes
innovaciones en éstos:
Las basílicas
constituían, según los casos, salas de reunión, bolsas de comercio y sedes de
los tribunales de justicia. Constaban de una planta rectangular y tres naves
longitudinales (doble la central que las colaterales).
En uno de sus extremos se colocaba la tribuna para los magistrados.
La pared de fondo tenía forma semicircular (ábside).
Generalmente la nave central estaba más levantada que las laterales,
lo que permitía la colocación de ventanas que iluminaban el interior.
Había dos tipos de basílica: una con entrada por el
lado corto de y naves en el sentido longitudinal (tipo griego) y que fue
imitada por los cristianos, otra con entrada por el lado mayor y un ábside en
cada extremo (tipo oriental).
Edificios para el recreo y el ocio:
Las termas, inicialmente
fueron lugares de baño aunque luego incorporaron salas de juego, bibliotecas,
etc.
En los teatros
(derivados de los griegos) los graderíos (cavea) se disponen en forma semicircular
(y no en forma de herradura de los griegos), la entrada se realizaba por unas
grandes puertas laterales, en su parte central y baja había un espacio
semicircular y llano para uso del coro (orchestra). Frente al semicírculo se
disponía primero el proscenium (en el que los actores esperaban su turno),
luego sobre un zócalos se situada la scena (cerrada por detrás) en la que se
verificaban las representaciones. En algunos teatros había un lugar destinado
para las autoridades (pulpitum).
En ocasiones se construían los teatros en llano, en
otras se aprovechaba el desnivel del suelo para ubicar la cavea.
El exterior de los teatros presentaba dos o más pisos de arquerías,
adornadas con diversos órdenes según su distinta resistencia (de abajo a
arriba: dórico, jónico, corintio, compuesto) y que quedó como canónica para las
futuras construcciones.
La necesidad de cerrar todo el espacio para la celebración de
espectáculos sangrientos dio lugar al anfiteatro,
éste presenta una escena circular y una cavea continua más o menos redonda
(algo parecido a las plazas de toros españolas). La cavea estaba dividida, como
en los teatros, en tres anillos circulares.
Los anfiteatros más importantes tenían un toldo monumental para
proteger del sol y de la lluvia los espectadores. En ellos tenían lugar las
luchas de los gladiadores y de los atletas con las fieras.
En los circos se
celebraban las carreras de carros, tenían forma alargada, cerrándonse un
extremo en semicírculo y en el otro se situaban las entradas y las celdas donde
se guardaban los caballos que debían participar en la s carreras. A todo su
alrededor se situaban las gradas y en uno de sus lados mayores se elevaba el
palco presidencial. En el centro del terreno se encontraba la spina (especie de
seto o muro de poca altura) que servía para señalar el camino a las bigas y
cuadrigas, tenía una ligera desviación respecto al eje del circo para evitar
los choques en las vueltas.
Los romanos fueron muy aficionados a los monumentos conmemorativos para premiar a una persona en
vida, despertar la emulación de sus héroes o emperadores y fomentar el orgullo
personal tendente a la superación.
Las columnas conmemorativas
fueron una invención romana.
Los arcos de triunfo
imitaron los de la Grecia helenística. Los griegos iniciaron la costumbre de
erigir puertas conmemorativas en las murallas de las ciudades, los romanos
desplazaron las puertas a los lugares que consideraban más adecuadas para la conmemoración.
El arco de triunfo viene a ser un trozo de muro dedicado al vencedor
para que éste pase triunfante bajo él. Estos arcos tienen uno o tres arcos
abovedados. En el ático de los mismos se disponía la descripción conmemorativa
y en la cima se erigía la estatua o el carro triunfal de bronce a aquel a quien
se dedicaba el monumento.
Los trofeos son
los monumentos dedicados a conmemorar una batalla, erigidos habitualmente en el
lugar donde se celebró.
En honor de las divinidades que hacían brotar el agua del suelo se
construían los ninfeos.
En el embellecimiento urbano emplearon los obeliscos que se trajeron, como botín, de Egipto.
La vivienda romana
cuenta con elementos de las casas griegas y etruscas.
De la casa etrusca tomaron el atrium (patio
porticado y sostenido por cuatro postes). El compluvium era la abertura del
tejado inclinado hacia adentro (por la que penetraba el aire y la luz).
Las aguas de la lluvia se recogían en un estanque (impluvium).
En la parte posterior la casa tenía un jardín a imitación de la huerta
etrusca.
Al exterior las casas romanas no presentaban casi huecos.
La puerta de la calle daba paso al vestibulum.
Los enterramientos romanos
poseen gran importancia arquitectónica. En Roma, las tumbas se disponen a lo
largo de las vías principales. Los enterramientos individuales de personas
principales son los mausoleos (servían al mismo tiempo de tumba y templo) que
podían tener planta cuadrada, redonda o rectangular. Algunos estaban coronados
de un cono de poca altura. Parecen derivar de las tumbas de cámara etruscas.
En las ciudades eran frecuentes los enterramientos
colectivos (columbarios), no ocupaban mucho espacio debido a la práctica de la
incineración de cadáveres y las cenizas se encerraban en pequeños nichos
abiertos en las paredes. En los cementerios solía haber un horno crematorio.
En oposición al gran desarrollo de la arquitectura civil, en la Roma
la religiosa en menos importante. En ella los romanos imitaron tanto a griegos
como a etruscos.
La disposición de templo
se atuvo, principalmente, a la del templo etrusco: alto pódium, única escalera,
pórtico y varias cellas para diversas divinidades.
Los había de planta rectangular y redonda.
En la arquitectura templaria en orden más usado fue el corintio.
El tímpano carece de esculturas.
[1]
ARCO.- Elemento sustentante destinado a franquear un espacio más o menos grande
por medio de un trayecto generalmente curvo.
Los
elementos constitutivos del arco son:
-Las
DOVELAS o piezas en forma de cuña cuya superficie inferior recibe el nombre de
intradós por contraposición a la superficie superior que se denomina trasdós o
extradós.
-La
CLAVE o dovela central del arco.
-Los
SALMERES o dovelas de los extremos del arco.
-Los
RIÑONES o parte delimitada por el primero y el segundo tercio de la flecha del
arco.
-La
ROSCA o espacio comprendido entre el trasdós y en intradós del arco.
-La
MOLDURA saliente que suele haber bajo los salmeres y en la que se rematan las
jambas en la imposta.
La manera de estar
dispuestas las dovelas es el DESPIECE DEL ARCO que es radial cuando dichas
dovelas siguen los radios del mismo centro o enjarjado cuando se disponen
horizontalmente hasta una cierta altura.
[2] Bóveda.- Obra de fábrica que
describe un arco de círculo y sirve para cubrir espacios comprendidos entre muros
o pilares. Los tipos de bóveda más usuales son de:
Arista.- la formada por la
intersección, en ángulo recto, de dos bóvedas de cañón, resultando del
encuentro cuatro aristas angulares.
Cañón.- la generada por el
desplazamiento de un arco de medio punto a lo largo de un eje longitudinal.
[3] Cúpula. Bóveda semiesférica que,
generalmente, cubre un espacio cuadrado. La transición de este espacio cuadrado
al circular de la cúpula se realiza por medio de trompas (bóvedillas cónicas en
cada ángulo del cuadrado) y pechinas (triángulos esféricos que hacen esa transición).
Cuando
se desea conseguir una mayor elevación de la cúpula se la hace reposar sobre un
anillo llamado tambor.
Los
tipos más usuales son:
-semicilíndrica.- la formada por media esfera.
-bulbosa. la que tiene forma de bulbo.
-gallonada.la que recuerda o imita el aspecto de los gajos
de naranja.
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